por Gustavo Burgos
El proyecto de ley de «las 40 horas» es el mayor ataque a las condiciones laborales de los trabajadores desde el «Plan Laboral» de Pinochet. La medida se reviste de una reivindicación importante como lo es la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. Sin embargo el diseño de la ley no persigue el establecimiento de un sistema de derechos que fortalezca a los trabajadores. Por el contrario el único efecto de la dictación de esta ley es la precarización laboral. Trataremos de explicar cómo una ley que se presenta como un avance, encubre un retroceso estructural en materia laboral para todos los trabajadores.